En tres diálogos realizados a lo largo de 25 años entre París y Lima con un teórico, un arquitecto y un historiador, el arquitecto Enrique Ciriani resume más de 50 años de una práctica y una pedagogía internacionalmente reconocida en el campo de la arquitectura que actualiza los principios del Movimiento Moderno. Explicita con formulas sencillas el vocabulario formal y teórico que funda su exigencia tanto profesional como pedagógica: la planta libre y el movimiento continuo; el anclaje y la horizontal alzada; el encuadre y el espacio cautivo, entre otras herramientas que le sirven para alcanzar los 3 P de presencia, pertinencia, permanencia. El arquitecto utiliza numerosos ejemplos de su experiencia arquitectónica así como la historia de la arquitectura para ofrecer una visión coherente, ambiciosa y humanista de la arquitectura. La pedagogía de la arquitectura forma una parte esencial de su relación a la disciplina y el libro entero puede ser considerado como un manual para no tanto pensar sino entender y hacer la arquitectura.

Intercalados entre cada entrevista, 90 dibujos a mano alzada y diversas técnicas de dibujo –acuarela, guache, lápiz, plumón, tinta china, collage, líquido corrector– sobre cartulina, bitácora de Moleskine, Cansón, hojas A4, detallan su investigación sobre la posibilidad de habitar en suelos artificiales muy altos. Una visión armoniosa y placentera del vivir en altura que el arquitecto ve tan necesaria para densificar ciertos centros urbanos como probable con el desarrollo de la construcción y el transporte aéreo. Más que utopías de papel, estos dibujos constituyen 30 años de un proyecto de ciudad vertical que el arquitecto quisiera un día poder ofrecerle al mundo.

Estos son algunos de los conceptos abordados en “Todavía la arquitectura”:

La frontalidad

Aprisionar el espacio vacío, se presenta finalmente como el don generoso de la arquitectura….

El peso alzado

Mi propia búsqueda de un espacio público, a la vez abierto y cerrado, va en ese sentido. Debe estar perfectamente contenido, pero visualmente abierto porque no está cerrado por muros. Tiene la capacidad de ser el mismo y a la vez sigue más allá de su propio límite, puede ser simultáneamente estático y dinámico.

El horizonte

Todo mi trabajo se apoya en el horizonte, las raras veces en las cuales dibujo una axonometría que me situa en un nivel más alto que la cosa que proyecto, no me gusta el dibujo, aunque pueda ser bello, pero no lo vivo. No estoy a un nivel más alto de lo que hago.

La luz

Dibujar para imaginar la luz permite comprenderla. A veces, construía maquetas cuando no me sentía muy seguro, pero sobre todo era para saber como la luz se sostenía físicamente.